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LA IDEOLOGIA FEMINISTA

El 'Feminismo', tendencia ideológica de amplia vigencia en la actualidad, nació en las conferencias quinquenales sobre los abusos del hombre sobre la mujer auspiciadas por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en la segunda mitad del siglo XX.

Desde luego, nadie podría negar la enorme importancia del tema de tales conferencias, atendida la historia pasada y actual, en diversas áreas de la tierra, de la subordinación a veces extrema de la mujer al hombre y de la inferioridad de su rol social, prácticamente sin derechos ciudadanos y sin opciones profesionales y de trabajo, lo que implica una inferioridad jurídica inaceptable.

Sin embargo, como al tiempo de la Conferencias este esfuerzo igualitario ya había alcanzado, al menos en Occidente, la casi totalidad de sus metas, resulta obvio concluir que en ellas predominó un nuevo propósito destinado a avanzar en la igualdad del hombre y la mujer, esta vez a un nivel absoluto, desentendiéndose completamente de su diferenciación sexual ontológica.

Esto dio origen, en definitiva, a la eliminación del carácter sinónimo de los conceptos 'SEXO' y 'GENERO', en que la palabra 'género' deja de corresponder a la identidad sexual biológica, masculina o femenina, para asumir un nuevo carácter abstracto.

En otras palabras, la solución consistió en otorgar al problema un carácter exclusivamente teórico, sin conexión alguna con la realidad humana.

Por otra parte, paralelamente al desarrollo de las conferencias de la ONU, la perspectiva 'sociológica' proponía otro camino a esa misma conclusión, esta vez entendida como el fundamento intelectual primario del movimiento homosexual.

Con ella, bajo el título 'Identidad de Género', la sexualidad normal 'macho-hembra' se iguala a las meras conductas, preferencias y hábitos sexuales sin más propósito que el placer, concebidas subjetivamente como fruto directo de 'experiencias socio-culturales' propias de cada contingencia histórica.

Esto significó, simplemente, que la identificación absoluta de los 'géneros masculino y femenino' del 'Feminismo' fuese el aporte esencial de la ONU al servicio de la 'Identidad de Género' del 'sociologismo' –esto es, de la sociología entendida falsamente como 'ETICA SOCIAL'–, fundada en la orientación sexual de cada cual, llámense gays, lesbianas, bisexuales o transexuales, a los que se agregarían más de 70 variantes adicionales.

Sin ese aporte, la 'Identidad de Género' hubiese quedado flotando en el aire sin sentido ni propósito, pues, ¿cómo igualar 'homosexual-lesbiana' sin que exista una igualdad absoluta 'hombre-mujer'?

Recordemos aquí que el año 2006, la jurista canadiense Louise Arbour, entonces Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2004-2008), solicitó directamente una presentación documental de los 'derechos de género' a un grupo de intelectuales, seleccionados por ser partidarios de la 'Ideología de Género', que tras reunirse a ese efecto en noviembre de ese año en la Universidad de Dadjah Mada de Jakarta, Indonesia, dieron origen al proyecto Principios de Jakarta.

Tales 'principios', 29 en total, concebidos como una carta global de los derechos de la Comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros), fueron presentados el 26 de marzo de 2007 al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, con el fin de incorporarlos como complemento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sin lograr aceptación por no provenir de Estados Miembros.

Ese traspié fue resuelto definitivamente cuando la ONU asumió como propia dicha convicción ideológica al institucionalizarla el año 2010 en la creación de su nueva unidad orgánica ONU MUJERES, que se auto define como sigue:

"ONU Mujeres es la organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres."

 

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